jueves, 17 de abril de 2008

Hablar con la mirada

Hola,

Aqui os dejo una historia que un dia leí y la verdad que me gusto mucho. Espero que os guste tanto como a mi :

MIRADAS ......

A medida que mis pies avanzan el corazón se dispara y va latiendo más y más fuerte, parece a punto de salirse de mi pecho y su sonido es ensordecedor. Pero tú no lo oyes.
Cada día es lo mismo, camino hasta donde tú estas, ese sitio de rutina donde nuestros ojos se cruzan y yo me centro en el azul cielo de estos para luego volver al infierno de realidad al apartar la mirada. A veces bajo la vista hasta tu boca, esos labios que me encantaría besar, esos dientes tan blancos como la nieve pura. Y de esa tu pureza paso a un mundo corrompido.
Un mundo donde solo estoy por una razón, y esa razón eres tú. Cada día me despierto solo porque tú lo haces, me preparo y desayuno solo porque existes, y voy al trabajo solo para obtener un dinero con el que poder subsistir y no morir y perderte. Viajo en el metro tantas veces hasta la parada siguiente para luego pasar al otro tren, dar la vuelta y pasar de nuevo por tu taquilla siendo consciente de que el metro lo crearon solo para nosotros dos, para que tú estés ahí y yo te vea. Después, vuelvo a casa con tu recuerdo en la mente y paso esas horas libres en escribirte esos poemas que luego quemo, porque sé que llegan a tu espíritu y los recibes de esta manera. Y por eso, sin conocerme, todos los días me sonríes.

Hace ya tiempo que me di cuenta de que eres especial. Ese día todo se volvió gris, pensé que era un fallo de mi vista, y entonces vi a una sola persona con sus colores naturales. Eras tú. Después de un año así, pasó otra cosa extraña, y fue que el rostro de todas las personas que veía eran tan solo dos ojos y una boca, mientras que el tuyo, el único que mis ojos dejaban que viera, conservaba todas tus facciones, su frescura y hermosura. Y desde hace poco, todas las voces que oigo están roncas, menos la tuya, musical y cantarina, que entona ese gracias con esa dulzura como dulce eres tú.

La vida que llevo de día no es nada, mi cielo, pues la verdadera vida la hago de noche, cuando en mis sueños nos encontramos, y entonces hablamos de cómo es el mundo, de todas las personas que ves y como son, porque tú los conoces con solo mirarlos. Me hablas del anciano que ha perdido a su hija en un accidente y va todos los días a ponerle flores, de la ejecutiva que ha entregado su vida a las drogas y tiene sin saberlo el SIDA, del estudiante que esta inseguro por su examen de matemáticas y de la amiga que siempre lo acompaña a casa y que le ama en secreto. Y entonces tú me miras, y me dices que puedo hacer de nuevo mi vida colorida, volver a ver la cara de los demás y oír todas las voces, tan solo he de decirte al día siguiente que te quiero, y entonces las barreras que nos separan en esa cruel realidad caerán y podremos estar juntos.
Pero sabes que no puedo hacerlo, que nunca podría y que es muy posible que muramos y que nunca estemos juntos porque no voy a ser capaz de atreverme a decírtelo. De expresarte mis sentimientos, tanto que te quiero y por ello, tanto miedo que tengo a perderte, o que de repente mi mundo no tenga nada de sentido.

Hoy no nos hemos encontrado porque no puedo dormir. Por eso escribo lo que siento, porque hoy no te lo podré contar. Creo que tampoco podré contártelo nunca, pero si me quieres, sabrás leerlo en mi mirada, oírlo en mis silencios, y entonces, si tú quieres, podremos estar juntos.

2 comentarios:

..:Laura:.. dijo...

Hola!!!
Muchas gracias por tu comentario, me alegra que estés de acuerdo conmigo en ese tema.
También quería decirte que me ha gustado mucho este post, porque viví un amor a través de las miradas y nunca supe si él sentía lo mismo que yo.
1abrazo!
PD: Me encanta tu blog, no dejes de escribir esas cosas tan bonitas.

Anónimo dijo...

Me gustaria que citaras al autor del relato que has sacado de mi blog, es Daniel González, un amigo mio y escritor vitoriano...

Puedes visitar el resto de sus obras del periodo de aprendizaje en http://www.scribd.com/people/view/4831612-daniel-gonz-lez